Propuestas festeras para una reflexión
Es tradición recibida de nuestras generaciones pasadas que, por estas fechas, empecemos a pensar en la Navidad. Una prueba de ello es la ilusión de convertirnos en millonarios y para tal fin en muchos establecimientos comerciales nos encontramos con extensas selecciones de décimos y papeletas que nos invitan a probar suerte.
Asimismo, sin profundizar en el por qué, nos predisponemos a aumentar los lazos de amistad, amor y confraternidad, y cómo no, nos hacemos más simpáticos y besucones. Como consecuencia más inmediata, las agendas se cubren con comidas, cenas y las correspondientes francachelas y enseguida surgen los comentarios habituales: ya no queda sitio, está todo ocupado, cómo ha subido el precio de las verduras, este año voy a intentar no tener ardores, etc.
En este año de 2007 nos encontramos con un acontecimiento que suele darse cada tres años y que sin duda vendrá a complementar las tertulias de la localidad y ampliará el abanico de conversación. Me refiero a la elección de un nuevo presidente para la Junta Central de Fiestas de Moros y Cristianos, así como de su equipo. Lógicamente las candidaturas despiertan expectación e interés y acto seguido surgen la preguntas de rigor: ¿qué cambios propondrá el nuevo equipo?, ¿quitarán la Retreta?, ¿desfilaremos más rápido?, entre otras.
Habiendo analizado tres principios físicos, como son Cantidad, Espacio y Tiempo, y conjugándolos con los distintos factores que intervienen en la puesta en escena de los actos festeros Actores: Festeros, músicos y demás complementos, Escenario: Las calles de Villena y el espacio que se utiliza, Auditorio: El público espectador, y Directores de escena: Ayuntamiento, Junta Central, Junta de la Virgen y Directivas de comparsas, propongo optimizar al máximo todos los recursos y para ello abro una página de propuestas de cambio cuya finalidad principal es invitar al lector a una reflexión sosegada y simpática. Con ello pretendo el que se vea la realidad desde distintos ángulos, donde la objetividad y la reflexión apacible primen sobre otras tendencias:
1.- Que el anuncio de las Fiestas, Pregón, canto del himno y fiesta del Pasodoble se lleven a cabo en la tarde del día 4 y una vez finalizado el desfile de Bandas den inicio las clásicas cenas en los locales de las comparsas.
2.- El día 5 podría pasar a denominarse Día de las Entradas. En cada Entrada desfilaría un Bando y cada año se invertiría el orden. El Bando que un año desfile por la mañana al siguiente lo hará por la tarde. El orden de comparsas podría seguir siendo el actual. Así se podría conseguir que sobre las diez de la noche haya finalizado la segunda Entrada y aún quedaría tiempo para organizar en la plaza de Santiago un acto mariano en honor de nuestra Patrona, que por ejemplo podría ser un rezo mariano de comparsas, y se me olvidaba algo que puede resultar muy novedoso, el que un Bando disfrute viendo al otro desfilar: incrementamos auditorio y dotamos al recorrido de nuevo aliciente que puede resultar muy sano y entrañable.
3.- El desfile de la Esperanza que se realiza en el mediodía del día 6 pasarlo al día 7 y en su lugar realizar el acto de la Ofrenda. Explico el por qué de esta sugerencia de cambio: lo que más se ofrenda a la Virgen son flores, de esta forma tanto el trono de la sagrada imagen como el recinto del Altar Mayor de Santiago estarían engalanados un día más. El Triduo contaría con más realce dado que las flores estarían adornando la tarde del día 6, todo el día 7 y por supuesto el día 8. Otro aspecto a tener en cuenta para el desfile de la Ofrenda es que al ser el día 6 los festeros estarán más frescos y de esta forma se puede conseguir que la participación sea más numerosa.
4.- En cuanto a la Cabalgata sugiero que el orden de desfile varíe cada año: un año lo abre el Bando Cristiano y otro el Bando Moro, pero manteniendo el orden de comparsas que hay en la actualidad. En el Bando Cristiano abrirían los Cristianos y cerrarían los Estudiantes y en el Bando Moro abrirían los Piratas y cerrarían los Moros Viejos.
Que la ilusión se mantenga firme y las actitudes sean sinceras y positivas.